La Ladrona de Libros

Bella y conmovedora. Así es la película y así es la novela. Hoy en esta sección debo darle un aplauso a La Ladrona de Libros/película porque aún habiendo leído el libro primero, y habiendo sido una novela inolvidable para mí, la película ha conseguido transmitirme las mismas emociones que ya en su día consiguió su versión escrita.

Hay momentos irrepetibles, como cuando Liessel le describe el día que hace a Max, escondido en el sótano sin ver la luz del sol, y, aunque la novela contiene más detalles en ese aspecto, la película consigue erizarme la piel como ya sucedió durante la lectura. Hans, el padre de acogida de la niña, nos va ganando poco a poco al mismo tiempo que se la va ganando a ella, interpretado magistralmente  por el increíble Geoffrey Rush. Emily Watson está perfecta en su papel de madre severa y pertuamente enfadada, pero tan preocupada y sacrificada siempre con su familia, que incluso agradecemos los pequeños (y escasos) momentos cariñosos que tiene con Liessel o su marido. Rudy, el eterno enamorado de nuestra protagonista, al que da vida un precioso  niño de pelo tan rubio que parece blanco y que nos cae simpático al instante. Y sobre todo Liessel, interpretada por Sophie Nélisse y cuyos preciosos ojos atraen nuestra atención durante todo el metraje. Sophie parece nacida para convertirse en Liessel, traspasan la pantalla sus momentos de alegría, de tristeza, de preocupación y sobre todo de esa eterna ansia de saber que la lleva a desafiar el peligro, a amar los libros y a convertirse en futura escritora.

Si eres de los que en su día leyó la novela, te aseguro que la película no te va a defraudar en absoluto, los actores parecen escogidos cuidadosamente y han tratado con mucho mimo a su personaje. Si por el contrario acabas de descubrir a Liessel gracias al cine, te recomiendo que consigas el libro original y te introduzcas de nuevo en la vida de nuestra niña, porque descubrirás aun más detalles que te atraparán y que te robarán el corazón.