Las uvas de la ira [Libro Vs Película]

¿Echábais de menos nuestra sección de 'Libro vs Película'? Pues aquí tenéis una nueva entrega a cargo de nuestro experto Edu Garrido, hablándonos de 'Las uvas de la ira', una estupenda reseña que no os debéis perder...

Las uvas de la ira - John Steinbeck 
[Libro]


Tom Joad es un joven que acaba de salir de la cárcel en libertad condicional y vuelve a casa en busca de su familia, sin embargo lo que encuentra por el camino es la desolación que la mezcla de la Gran Depresión y el famoso Dust Bowl (enormes tormentas de polvo que inundaron las planicies de Estados Unidos en los años 30) que cubren toda la región y destroza todas las cosechas. La descripción de Steinbeck del paisaje del Estado de Oklahoma durante esas primeras páginas en contraste con la salida de Tom de la prisión, disfrutando de la libertad después de muchos años, con su traje nuevo, sus zapatos recién estrenados y la impactante oposición al abandono de las cosechas, a la supremacía del polvo por encima de todo lo demás, es sublime, unas páginas para enmarcar, de lo mejor que la literatura del siglo XX nos ha dado.
Tom lo encuentra todo vacío y desolado en su viaje solitario, hasta que se encuentra con un antiguo predicador, Jim Casy, conocido en la zona por sus años como servidor de la religión. Jim decide acompañarle, pero al llegar la casa está abandonada y aparece un vecino que se ha negado a marcharse, Muley Graves, que es quien les cuenta la verdad de lo que está pasando. Los bancos se han quedado con las tierras y han impuesto los tractores en lugar de la mano de obra humana por lo que las familias no han podido pagar los créditos y han tenido que abandonar sus tierras. Les dice que la familia Joad se fue a casa del tío John para prepararse y marchar a California a buscar trabajo. Jim sigue acompañando a Tom, pero Muley se niega a aceptar la situación y vagará por sus antiguas tierras hasta que la policía, el hambre o la muerte le venzan.
Finalmente, Tom se reencuentra con su familia y Steinbeck nos narra con un estilo tan emotivo como duro la reunión y la partida de toda la familia hacia California porque han encontrado multitud de panfletos solicitando mano de obra para recoger la fruta de los campos californianos donde hay mucho trabajo para todos. Jim Casy decide acompañarlo y, desde ahí, Steinbeck utiliza las mil y una aventuras y desgracias que corren para mostrarnos la América hundida y profunda que ha surgido de la conjunción del crack del 29, la Gran Depresión que acarreó dicho hundimiento y el efecto brutal del Dust Bowl sobre las cosechas en gran parte del territorio estadounidense.
Conforme van avanzando se van cruzando y conociendo a otras familias que están en la misma situación que ellos, haciéndose a la idea que no es oro todo lo que reluce. Hay miles de personas emigrando a California buscando trabajo, y todos los residentes que se encuentran se muestran distantes, agresivos, incluso xenófobos hacia sus propios compatriotas. La muerte, la esperanza, el desengaño, la ilusión, los problemas, el hambre, la pobreza, la exclusión social, la policía, todo se va tornando tan gris como las lluvias que en tantas ocasiones les atacan. El abuelo Joad muere y no pueden enterrarlo como manda la ley por falta de recursos; el hermano mayor Noah se larga; Connie, marido de la hermana de Tom también les abandona dejando a su  mujer embarazada; y al llegar al soñado estado de California también fallece la abuela Joad.
Todo ha dejado de ser gris para tornarse negro, pero los Joad siguen peleando para seguir adelante, de campamento en campamento, buscando trabajo por todos lados, sufriendo la casi esclavitud por parte de la compañías agrícolas, intercalando puñetazos morales con retazos de luz (como el enamoramiento de Al), hasta llegar a un final que reduce a todos los protagonistas a la esencia de lo que debe ser el hombre.
Extraordinario relato de la condición humana, de lo alto y lo bajo que puede caer un ser humano, de la fuerza de la unión básica de la bondad frente a la explotación del que ostenta el poder, de la necesidad de afrontar la justicia ante el exceso a los oprimidos. Una novela que supuso una revolución en la conservadora cultura estadounidense, pero que nada ni nadie pudo parar por su enorme calidad, tanto literaria como temática. Publicada en 1939, recibió el Premio Pulitzer en 1940 y, más de 20 años después (1962), John Steinbeck terminó recibiendo el Premio Nobel de Literatura por obras tan insignes como Al este del Edén, De ratones y hombres, La perla, Hubo una vez una guerra o A un Dios desconocido, siendo Las uvas de la ira su obra cumbre.

Las uvas de la ira - John Ford
[Película] 


La adaptación cinematográfica de tamaña obra maestra requería a alguien de la misma altura para que saliera bien, y nadie mejor que el maestro John Ford para hacerlo y lograrlo. La historia central y esencial es la misma que la de la novela, en este caso adaptada y comprimida a lo básico por el gran guionista Nunnally Johnson y, pese a que se pierden muchas intrahistorias y fases del viaje que dan mucho énfasis y poder a las acciones y al carácter de los protagonistas, la naturaleza primordial del alma de la novela queda perfectamente reflejada en las poco más de 2 horas que dura la filmación.
Lo primero a resaltar es la perfecta elección del reparto de actores y actrices para trasladar uno de los momentos más complejos de la historia americana. Henry Fonda, muy contenido y transmitiendo mucho con la mirada y gestos poco efusivos, toma el mando de la película, acompañado por una banda de enormes intérpretes como Jane Darwell (que ganó el Óscar), John Carradine, O. Z. Whitehead y el resto de la familia Joad, incluyendo un pequeño papelito para el inseparable Ward Bond como antiguo vecino de Oklahoma y actual policía de California. Lo segundo, no muy alabado, es la extraordinaria fotografía en blanco y negro del gran Gregg Toland, mostrando unos juegos de luces y sombras brillantes. Y lo tercero, como no podía ser de otra manera, la genial dirección de John Ford, tanto con los actores como con la cámara.

La principal aportación de Ford al enfoque esquemático que Nunnally Johnson había dado al guión fue la preocupación de centrar la historia en la familia Joad, eliminando al resto de personajes secundarios que aparecen en la novela  aquí no vemos. Los Joad le recordaban a sus compatriotas irlandeses que también sufrieron algo parecido en la época de las hambrunas y quería dirigir su mirada hacia ellos, despolitizando el mensaje general de Steinbeck. Hay planos soberbios, especialmente de Tom, de Ma y de Casey, y otros más generales que muestran mucho más que cualquier diálogo, como cuando Pa entra en la tienda de la carretera a comprar una barra de pan y recibe las miradas de todos los presentes (única escena añadida por Johnson en el guión) o cuando llegan al campamento y nos va mostrando desde dentro del coche de los Joad la miseria y la decepción que reflejan los rostros de los habitantes del mismo.
La película fue un gran éxito, fue nominada a 7 Óscars y ganó 2, el propio Ford a la mejor dirección y Jane Darwell a mejor actriz secundaria y, todavía hoy en día, se considera uno de los mejores documentos cinematográficos sobre la gran depresión americana de los años 30 y las consecuencias del famoso Dust Bowl en miles de familias. Lo realmente jodido es que ya estamos en 2015 y se sigue hablando de muchos de los temas que se plantean en ella, la inmigración laboral, la desconfianza, el egoísmo, la crisis económica, la pérdida de derechos, la falta de solidaridad, etc… y es que, a veces, puede ser que un ser humano no sea como creemos que es sino como las circunstancias que tiene le han llevado a ser.

Reseña realizada por Edu Garrido



 


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